Librepensante: El gas se hace gas
Tan mala (maldita) fue la suerte del Gran Chaco que la naturaleza (¿o Dios?) le ha jugado una macabra paradoja. Por un lado hemos sido (muy) bendecidos con enjundiosos recursos naturales (quebracho, petróleo y gas), pero al mismo tiempo nos ha impuesto políticos burdos y facinerosos amantes de la demagogia y la argucia. Un rico y jugoso bife de chorizo a un abuelo que no tiene muelas, ni dientes. Qué desgracia la nuestra.
Todo este tiempo nuestros “ilustres e insignes” políticos estuvieron enredados en peleas intestinales, celos absurdos, mirándose el ombligo mientras ocurre una tragedia en la región. Por la prensa nos enteramos que el gas chaqueño (del que tanto hemos alardeado) se hizo gas.
Gracias a los expertos independientes nos enteramos que en abril de 2006, el Gobierno ya sabía que las reservas de gas ya no eran 26,74 de TCF (siglas en ingles), sino solo 15 TCF. Justamente la empresa De Golyer and MacNaughton (empresa que hizo el estudio para la certificación), hizo conocer estos datos, y el Gobierno no se le ocurrió mejor idea que rescindir el contrato con la misma, y asunto arreglado. Ahora el Gobierno dice que existe 12.8 de TCF, reconociendo que ya no son 26.74 TCF como se afirmaba en 2006. Villegas dijo en las últimas horas que este dato garantiza la provisión de gas a los países con los que se tiene contratos y para el consumo interno.
Del 17 a 19 de noviembre se realiza en Tarija el II Foro Internacional del gas con el fin de debatir, reflexionar y analizar esta situación/preocupación. El Chaco como siempre, no tiene una idea clara sobre este tema. Es más, ninguna institución propia ha generado debate sobre le particular. Más grave aún, nadie se ha preocupado del asunto. A nadie le ha causado ninguna preocupación las terribles noticias, nadie se dio por enterado de los alances de la realidad hidrocarburífera del Chaco. Están más preocupados en extender la mano para coger algo de la piñata del 45%, asegurando su futuro y el des sus generaciones. Este Foro se realizará en Tarija; si, en la capital, y no en el Chaco. Sencillamente porque aquí esos temas no nos interesan, no nos importa. Lo que aquí importa son los billetes rápidos, fáciles y en efectivo, los procesos de contratación, las licitaciones, las empresas que se adjudican las obras que un simple viento los arranca, esa es la prioridad en este momento. Ese es el negocio.
Por otro lado, nos enteramos que Brasil tiene previsto la inversión de 4.700 millones de dólares para la industrialización, con gas boliviano. Con insumos que salen de Margarita, Santa Antonio y San Alberto (Gran Chaco); si, utilizarán nuestro gas para la fabricación de nitrogenados. Los últimos reportes indican que Brasil avanza según lo planificado. Que tal. Aquí seguimos discutiendo asuntos caseros y domésticos viscerales, mientras nuestro vecino busca pasar a ser la séptima potencia del mundo, ya no la octava, formando lo que Jorge Lanata llama los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Es así que Brasil, de los cuatro nuevos proyectos de industrialización gasífera ya definidos, dos utilizarán gas natural boliviano como insumo; la fábrica de fertilizantes nitrogenados en Três Lagoas (Estado de Mato Grosso do Sul) y la fábrica de amoniaco en Uberaba (Estado de Minas Gerais).
Se puede decir que el panorama de la industrialización gasífera en Brasil tiene un horizonte bastante alentador; el 2015 estarán operando cuatro fabricas de fertilizantes en Brasil; Três Lagoas (Estado de Mato Grosso do Sul), Uberaba (Estado de Minas Gerais), Linhares (Estado de Espírito Santo) y la ampliación de Laranjeiras (Estado de Sergipe).
La producción de urea y amoniaco en estas cuatro fábricas sumada a la producción del ya existente Polo Petroquímico de Camaçari (Estado de Bahía) permitirá que hasta el año 2020 Brasil logre prescindir de las importaciones de urea y amoniaco.
Todas estas malas noticias (para nosotros), significa que se sepultan todas las buenas intenciones retoricas que el Gobierno se ha encargado de desplegar demagógicamente durante todo este tiempo con el discurso de la industrialización. Los 1.000 millones de Dólares que pretende invertir para la fábrica de urea (Provincia Carrasco (Chapare)- Cochabamba), quedará sólo en los grandilocuentes discursos pronunciados en campaña. Los planes (Plan de Inversiones 2010 – 2015) del Gobierno decía que el mercado natural de los fertilizantes nitrogenados (85%) era Brasil. Hasta ese año, Brasil no tendrá necesidad de importar un gramo de urea.
El Gobierno dice ahora que las reservas son 12.8 TCF, pero no publica los informes de la empresa consultora Ryder Scott. ¿Por qué? Los expertos dicen que la empresa Ryder Scott ya tiene los datos y que es 9,7 TCF, de las cuales 4,1TCF son para el mercado argentino, 3,8 TCF para el mercado brasileño y 1,5 TCF para el mercado interno, teniendo un remanente de 0,3 y para la (supuesta) industrialización de gas se necesita un aproximado de 4,3 TCF, que sería el déficit.
El gas se hace gas, se hizo gas si se confirman estos datos. La industrialización será un sueño/pesadilla/añoranza y la realidad del Chaco sigue siendo la misma. Los pobres de antes siguen siendo pobres, han llegado más pobres, o sea has más pobres. La única diferencia es que hay nuevos ricos. Curiosamente varios de ellos estuvieron de paso por instituciones públicas (otros todavía se mantienen) ostentando riqueza a nombre de hermanitos, cuñaditos que sin hacer nada se convirtieron en millonarios. Otros ricos (muy pocos), salieron del narcotráfico.
Hace días Cardozo ha afirmado que el Chaco ha recibido en los últimos nueve años 4.500 millones de Bolivianos. ¿Donde están invertidos esos recursos? Un amigo mal pensado tenía la respuesta en la lengua. En lujosas Estaciones de servicios en Santa Cruz, casas lujosas, camiones, casas en La Paz, Cochabamba, Salta, Buenos Aires, etc. Todo a nombre de palos blancos. Pero en el pueblo todo nos conocemos y el chisme corre como pan caliente. El pueblo que siga comiendo espejitos.
Esteban Farfán Romero
