“No podrás tener una buena arquitectura si no hay un público que la demande”
Como experto en la creación y proyección de espacios, Barry Bergdoll (1955) posee una visión integradora de la realidad que le rodea e invita a reflexionar globalmente para actuar localmente. El actual jefe curador de la sección de Arquitectura y Diseño del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) participa estos días en La Orotava en el encuentro internacional Green Low Cost, organizado por la Asociación Laboratorio con el apoyo del programa regional Septenio, donde ha defendido el importante papel que juegan el diseño y la arquitectura a la hora de “crear perspectivas de futuro” y al mismo tiempo “resolver los problemas de la gente”.
– ¿Cómo cree usted que debería ser la planificación urbanística de una isla como Tenerife?
“Lo que particularmente me llama la atención de Tenerife es la gran cantidad de espacios abiertos que todavía existen. Considero extremadamente importante trabajar, conteniendo densidad, desarrollo y espacios abiertos”.
– La globalización ha transformado o convertido el mundo de la arquitectura en una industria de construcción, mercantil y estética. ¿Cree que la crisis económica contribuirá a recolocar las ideas?
“La crisis económica es para la profesión un momento muy importante para tomar el problema como una oportunidad para repensar, en algún sentido, el absurdo de la cultura especuladora de los arquitectos-estrella. Es el momento de que arquitectos y diseñadores muestren que son capaces de ayudar a pensar sobre algunos de los retos fundamentales a los que se enfrenta el mundo hoy. Los desafíos son a la vez globales y locales, ecológicos, del cambio climático y de la propiedad urbana y una de las dificultades del periodo de los arquitectos-estrella que acabamos de finalizar es que ellos crearon la sensación de que la arquitectura era una moda y creó una cultura de lujo en todo el mundo. Por lo que es un gran desafío para los arquitectos, no solo dedicarse a los grandes asuntos que conciernen al mundo, sino también trabajar con las fuerzas políticas, trabajan con el público, para que la gente entienda que los diseñadores realmente ofrecen una gran manera de pensar en buenos museos, la organización del espacio o la manera en que vivimos en el planeta”.
– ¿Es partidario de que la arquitectura mundial hoy en día debe estar liderada por el argumento ecológico-natural-sostenible?
“Por supuesto, sí”.
– ¿Por qué?
“¿Por qué? Creo que no tenemos opción; cada decisión que tomamos tiene que estar formada sobre esas cuestiones”.
– Pero todavía quedan sectores a los que les cuesta entender que algunas arquitecturas pueden y quieren convertirse en una pseudo-naturaleza…
“Si lo que queremos es habitar el planeta, tenemos que hacer esto, de otra forma, volveremos a convertirnos en primitivos”.
– ¿Hacia dónde conducen los avances tecnológicos a la arquitectura?
“Algo que pienso que ocurre cada vez más es que la arquitectura es un híbrido, que busca ofrecer conjuntamente muchas materias. Existen muchas tecnologías, por un lado, pero dos maneras de distribuir las cuestiones sostenibles. Una de ellas estima que debemos retroceder en el tiempo y convertirnos en granjeros de sociedades tradicionales; y la otra defiende que podemos en realidad emplear los avances tecnológicos de tal manera que podamos hacer las construcciones más eficientes. La solución en el futuro provendrá de la mezcla de los dos y creo que realmente es muy improductivo y muy peligroso pensar que estos dos puntos de vista no pueden aprender uno del otro”.
– ¿Es la arquitectura la que debe resolver los temas energéticos o es la técnica la que tiene que estar al servicio de la arquitectura?
“De nuevo, creo que esto es una especie de falsa contradicción. No creo que tengamos ninguna elección para intentar aprender cómo construir comunidades más eficientes en términos de energía, especialmente cuando los demógrafos y las Naciones Unidas nos dicen que la población del mundo está creciendo de un modo extraordinario. Por tanto, de nuevo pienso que no es un problema de uno u otro, necesitamos más edificios que sean menos exigentes con la cuestión de energía. Tecnología y arquitectura tienen que trabajar juntos, no deben excluirse”.
– Pero la realidad es muy distinta…
“No, pero es incipiente en algunos lugares. La gran cuestión no concierne solo a los arquitectos, sino que gran parte de la solución implica a los procesos políticos, los procesos legales con la oferta y la demanda”.
– Ahora que se están debatiendo las posibilidades que ofrece una formación integrada, ¿es partidario de una arquitectura autónoma, o aboga por contextualizarla?
“La arquitectura es una disciplina que ofrece pericia y una manera de pensar. Realmente hay dos cosas importantes para los arquitectos. Una, tener una educación más integrada, de tal manera que puedan entender su profesión como algo envuelto en decisiones éticas, políticas, culturales, y no solo en términos de estética y diseño. Al mismo tiempo, considero importante tener más educación en arquitectura y urbanismo en la escuela secundaria. Nunca tendrás una buena arquitectura si no tienes buenos clientes, y los hay de dos tipos, privados y públicos. Pero el entorno está construido mayoritariamente por el sector público que lo paga la gente por lo que no podrás tener una buena arquitectura si no tienes un público que la demande. Es muy peligroso el aislamiento al que han sido sometidos los estudios de arquitectura en general”.
– Como jefe de la sección de Arquitectura y Diseño del MoMa, ¿cuál es su posición en el debate sobre si los museos y grandes centros de la cultura deben ser lugares de conocimiento o centros para conseguir eficacia contable?
“Es cierto que es más una cuestión de directores de museo que de arquitectos. Pero diré que intento trabajar de una manera muy oportunista. Lo que significa que si tengo muchos turistas en el museo donde trabajo, puedo presentar proyectos para que mucha gente que entra al centro a ver una muestra de Matisse, puedan encontrar esto. Como en cuestiones anteriores, no creo que en esta pregunta deba haber una contradicción fundamental”.
– ¿Cuáles son los retos de la sociedad actual con respecto al cambio climático?
“Una de las cosas que creo importante, y es la razón por la que hay que prestarle atención al diseño y la arquitectura, es que el público general no quiere cambiar su comportamiento por el cambio climático, sino que quiere cambiar su estilo de vida porque piensa que existe un lugar mejor donde vivir. El reto tanto para arquitectos como para los gobernantes es darle la vuelta a los problemas para convertirlos en oportunidades”.
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