El caso de los mineros chilenos dibuja un “presidenciable”
Era apenas una sombra en el gabinete ministerial chileno, un sujeto que acompañaba al Presidente en sus viajes a otros países. Laurence Golborne es el ministro de Minería chileno que salió del mundo empresarial para entrar al Gobierno.
Estaba en Ecuador con el mandatario Sebastián Piñera, cuando se enteró de que 33 mineros habían quedado atrapados en la mina San José, cerca de Copiapó, pero no sabía mayores detalles, según relató en entrevista a El Mercurio. Tuvo entonces que regresar a Chile a encargarse de un hecho que, aunque lamentable, le dio la popularidad que hoy lo insinúa como posible futuro candidato presidencial.
Golborne es un tecnócrata. Ingeniero civil industrial egresado de la Universidad Católica de Chile. Según la página web del ministerio recibió el reconocimiento al mejor egresado de su promoción por el Colegio de Ingenieros de Chile. En las universidades Northwestern y Stanford, EEUU, estudió administración de empresas.
Nació en Santiago hace 48 años. Está casado con Karin Oppermann, también ingeniero civil, con la que tiene seis hijos que destacan en las matemáticas y la música, según relató orgulloso a la revista Cosas. Hijo del dueño de una ferretería en Maipú, relató que su hija mayor, Daniela, siguió los pasos de la ingeniería y es hoy analista financiero en la empresa eléctrica Gener, donde él mismo fue gerente corporativo de finanzas.
El papel que es catalogado como más representativo lo ejerció desde 2001 como gerente general corporativo de Cencosud, empresa de ventas al detal, liderando su crecimiento hasta tener ventas por $10 mil millones, y su expansión en Argentina, Brasil, Perú y Colombia. En 2009 sale de la empresa, y en 2010 es nombrado titular del Ministerio de Minería, el sector productivo más importante de Chile.
La risa inoportuna
En julio se estaba discutiendo el denominado royalty minero, un aumento a los impuestos del sector para ayudar en la reconstrucción tras el terremoto, y que generó disputas entre Gobierno y oposición.
El senador del PPD, Lagos Weber, estaba declarando en rueda de prensa sobre el tema cuando alguien se rió. Camilo Escalona, del Partido Socialista, interrumpió y pidió explicación a Golborne, que muy apenado ofreció disculpas a un furioso Weber tanto en ese momento como al finalizar el acto. En Chile, la fama de la risa explosiva fue comidilla.
Las cámaras también lo han visto llorar. Estaba hablando con los familiares de los 33 mineros cuando vio “una mujer joven que se le llenan los ojos de lágrimas, sin histeria ni desesperación, (…) lágrimas sin llanto. No pude seguir hablando.” No fue la única vez. El diario Emol relató que cuando salió el primer minero rescatado, Florencio Ávalos, se le volvieron a salir las lágrimas.
Confesó también a El Mercurio que se sorprendió la primera vez que conversó con ellos. “Habla el ministro Laurence Golborne”, dijo, “¿con quién hablo yo? ?Ah sí, momentito que le paso al jefe?. Eso me descolocó. Que estuvieran así de enteros psicológicamente”.
Golborne se acercó tanto a las familias, riendo y llorando con ellas, que incluso una le pidió que fuera padrino de matrimonio. Ascanio Cavallo, decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, escribió que el primer salvado de la mina no fue un minero sino el propio ministro, que pasó de ser un posible cambio en el gabinete, al ministro mejor evaluado por la opinión, según la encuestadora Adimark, con un índice de 81%. Tanto, que ya empezaron a salir opiniones presidenciándolo.
Según Cavallo, si entendió correctamente lo que sucedió, entonces el ministro de las risas y los llantos inoportunos debutó en la política. Ahora tiene la tarea de que “el sueldo de Chile”, la minería, sea un sueldo ganado con dignidad.
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