Defienden la consultoría psicológica
Un consultor psicológico no se dedica a la psicoterapia tal como se la entiende como abordaje de psicopatologías usando como herramienta el psicodiagnóstico. Se dedica a trabajar en los aspectos sanos del consultante para potenciarlos y promover el compromiso consigo mismo”, indicaron desde el instituto que en Neuquén dicta desde el año pasado la carrera terciaria y que, tal como ocurrió con referentes de Psicología Social en la ciudad, defendieron las áreas de incumbencia de las disciplinas frente a los cuestionamientos lanzados en las últimas semanas por el Colegio de Psicólogos de la provincia.
En la zona, la Tecnicatura Superior en Consultoría Psicológica es una carrera aprobada por el Consejo Provincial de Educación, a través de la Resolución 703 que ese cuerpo dictó en 2011. Tiene tres años de duración y un total de 1.600 horas reloj, según establecen las normas nacionales para este tipo de tecnicaturas.
Sara Fleiss, trabajadora social y directora del instituto en el que unos 30 estudiantes cursan la carrera en Neuquén, dejó en claro que las áreas de incumbencia son diferentes a las de la psicología. “En un primer encuentro se establece un plan de trabajo para abordar un tema puntual, como puede ser un cambio o un situación crítica. Pero la persona no llega a partir de una situación de enfermedad. Se plantea una dificultad y el consultor debe ser absolutamente honesto si no tiene los recursos”, detalló la referente del instituto Los Cerezos Sur.
La técnica principal que utiliza la consultoría es la potenciación de los aspectos positivos. “A partir de las neurociencias y de las nuevas tecnologías se tiene acceso a un cerebro vivo. Se puede resolver cómo explotar lo positivo y las potencialidades de las personas”, indicó junto a la otra referente del instituto, la médica y especialista en psicología clínica, Susana Díaz.
Los primeros antecedentes de “counseling”, tal como se denomina a la disciplina en inglés, en el país, se remontan a 1992, cuando el Ministerio de Cultura y Educación oficializó la carrera. En 1998 se aprobó en forma definitiva. La resolución ministerial determinó que el consultor está habilitado a “establecer relaciones de ayuda psicológica interventivas y preventivas, sirviéndose de la comunicación lingüística, sobre la base de recursos provenientes de la psicología humanística”. Así, “en un lapso relativamente corto, promover a la persona o grupos normales desorientados, sobrecargados, confundidos o en crisis, procesos activos de aprendizaje de autoayuda”.
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